La web, tal y como la conocemos hoy, es un espacio digital donde se comparten y disfrutan contenidos multimediales y en que la distinción entre quienes comparten y disfrutan se ha vuelto casi intangible gracias a internet, la red mundial de conexiones por la que viaja esta información.
Pero no siempre ha sido así. La red ha cambiado mucho a lo largo de los años, desde la publicación de los primeros sitios en los años 90, pasando por la fase en la que nos encontramos llamada la web 2.0, hasta su futuro proyectado a la web 3.0, cuyas tecnologías van surgiendo ahora.
En sus 30 años de historia, la web ha experimentado innumerables cambios en muchos aspectos. Basta con pensar como desde su forma inicial como espacio reservado a unos pocos expertos informáticos, auténticos pioneros, ha llegado a ser un auténtico mundo virtual, frecuentado por miles de millones de usuarios cada día.
La primera versión de Internet (Web 1.0) era un espacio estático en que los navegadores desempeñaban papeles claramente diferenciados. Por un lado, los que publicaban contenidos y, por otro, los que los utilizaban.
Por eso, la web estaba poblada exclusivamente por páginas, cuya información era de “solo lectura” y no podía modificarse ni generarse por los usuarios, con un nivel de comunicación de-uno-a-muchos o unilateral.
El término “Web 2.0” se remonta aproximadamente a la primera mitad de la década de 2000, coincidiendo con la aparición de plataformas que por primera vez permitían a los usuarios publicar y compartir contenidos en la red.
Con los primeros CMS (Content Management Systems) para publicar sitios y blogs personales sin tener conocimientos informáticos específicos, y tras la llegada de las primeras redes sociales, la web empezó a poblarse de Contenidos Generados por los Usuarios, es decir, publicados directamente por los internautas, con una comunicación de-muchos-a-muchos.
El inicio de Internet y su evolución hasta la versión 2.0 queda bien resumido desde el punto de vista de las relaciones entre empresas y clientes en el Manifiesto Cluetrain¹, colgado en la red en 1999. Un conjunto de 95 tesis presentaba una llamada a la acción para todas las empresas que operaban en ese contexto de nueva web interconectada, en la que los mercados se identifican como conversaciones.
Dar una definición detallada de la web 3.0 es más complejo, porque algunos elementos que la caracterizan están aún en una fase inicial de desarrollo o acaban justo de contar con rasgos reconocibles o estandarizables, como los conceptos de web semántica y metaverso.
Tal y como se comenta en el insight que dedicamos a la web 3.0 y las Finanzas Descentralizadas, existen varias previsiones sobre la próxima evolución de la web, dependiendo de los contextos en que se trate el tema. Sin embargo, ya se nota una serie de elementos en los que no hay duda de que se basará la web 3.0: la web semántica, la descentralización basada en blockchain, los entornos virtuales y, en el contexto de los pagos, el concepto de DeFi o Finanzas Descentralizadas.
En el ámbito de los pagos el componente digital siempre ha desempeñado un papel importante, que se ha vuelto central con la llegada del comercio electrónico. Además, en este sector la web ha servido de impulso para encontrar soluciones que respondieran a las nuevas necesidades de los consumidores digitales y los comerciantes online.
Pagos tradicionales para nuevas experiencias de compra
A principios de los años 90, los sitios web de las empresas eran básicamente unos escaparates, es decir, portales que mostraban la información de la empresa y catálogos de productos y servicios. Fue hacia la segunda mitad de la década que surgieron los primeros sitios web de comercio electrónico efectivos, que permitían realizar pedidos a través de un carrito de compra.
Sin embargo, a diferencia de hoy, el pago se finalizaba más tarde: los pagos se concluían gracias a los sistemas de pago tradicionales, como la transferencia bancaria o el contra reembolso, y rara vez con los primeros sistemas M.O.T.O.
Pago por transferencia bancaria
Las transferencias bancarias era la solución de pago ofrecida más a menudo, lo que no extraña si pensamos que por aquellos años andaban difundiéndose los primeros servicios de banca electrónica en tiempo real que permitían realizar transferencias online. Aunque las transferencias eran una herramienta conocida, no era la favorita de los consumidores que desconfiaban de anticipar un pago antes de recibir el producto. Esta actitud ha acompañado a las compras online durante años, frenando durante mucho tiempo la difusión del comercio electrónico, especialmente entre las generaciones de más edad.
Contra reembolso o pago a la entrega
Esta era la fórmula más apreciada por los consumidores. En primer lugar, porque se utilizaba y se conocía desde los tiempos de los pedidos por correo y, más tarde, por teléfono. La principal ventaja de esta forma de pago, que en aquella época se realizaba exclusivamente en efectivo o por cheque, está relacionada justo con la confianza: el pago tiene lugar en el momento de la entrega, igual que en la tienda.
M.O.T.O.
Los pagos M.O.T.O. (del inglés, Mail Order Telephone Order) son la primera forma de pago a distancia para las compras, en la que el comerciante pide los datos de la tarjeta del cliente por teléfono o correo electrónico y los introduce en un TPV físico o plataformas digitales para completar el pago. Resulta claro que es la solución ideal para el comercio electrónico, sin embargo, apenas se utilizó debido a la desconfianza de comunicar los datos de las tarjetas de crédito al comerciante.
Durante la segunda mitad de la década de 1990, la web se convirtió en el medio de masas del nuevo milenio, y el creciente interés de las empresas por Internet como medio para vender sus productos y servicios contribuyó a la ideación de las primeras pasarelas de pago online.
En 1995, la web contaba con unos 44 millones de usuarios en todo el mundo, que se multiplicaron casi por diez solo 5 años después. ² Internet, tal como lo conocemos hoy, empezaba a tomar forma: de simple repositorio de información, pronto se convirtió en un nuevo canal de ventas.
Con el cambio de milenio surgieron las primeras pasarelas de pago online, como las plataformas de cobro GlobalCollect, Authorize.net y Bibit entre otros. En 1997, Banca Sella, raíz de la historia de Axerve, se unió al primer programa de comercio electrónico cuando Microsoft y el portal Yahoo lanzaron la iniciativa E-Christmas para promover esta forma de comercio en Europa, gestionando las primeras transacciones de Ecommerce a nivel europeo. ³
Al ofrecer una experiencia de compra que finaliza online, incluida la fase de pago, la aparición de estas plataformas fue la primera respuesta a las necesidades de comerciantes y consumidores digitales, seguida por los primeros marketplaces, como Amazon y Ebay a la cabeza, e incluso PayPal. Plataformas y marketplaces que impulsaron el aumento de compradores online y la creación de nuevas soluciones de pago alternativas, como los nuevos monederos digitales que se sumaron a las tarjetas de crédito y débito a principios de los años 2000.
En los últimos años, el sector ha visto aumentar la oferta de instrumentos de pago y plataformas verticales: iDEAL, Sofort (hoy Klarna Pay Now), por ejemplo, explotan el potencial de las transferencias online (como altos límites de crédito, facilidad de uso, ...), Klarna, Scalapay y PayPal Pay Later por otro lado proporcionan opciones de pagos a plazos, también conocidas como Buy Now Pay Later.
A lo largo de treinta años, las soluciones de cobro online han evolucionado para satisfacer las necesidades cada vez más complejas y personalizadas de los usuarios, a la vez que para simplificar los procesos de cobro de los comerciantes. Hoy en día, el ecosistema cuenta con tantos de adquirentes, emisores, métodos de pago alternativos y servicios relacionados que tenemos muchos entre lo que escoger. Y además, elegir un único socio para el procesamiento de los pagos puede ser una estrategia ineficaz para optimizar los costes y aumentar la conversión.
Es precisamente para enfrentar este nuevo contexto que surge el concepto de payment orchestration y sus plataformas de orquestación de pagos, es decir, servicios que pueden gestionar las transacciones a través de múltiples PSP (proveedores de servicios de pago), según las necesidades del comerciante, reduciendo costes y optimizando las ventas.
Entre las innovaciones más recientes que están revolucionando la forma de entender las transacciones financieras se encuentran las Finanzas Descentralizadas o DeFi, que constituyen un sistema financiero que ya no se basa en la centralidad de sus intermediarios tradicionales, como los bancos, sino que se organiza y se desarrolla sobre nuevas tecnologías que desintermedian los intercambios de información y financieros entre múltiples partes. La nueva perspectiva de la que surgen las DeFi es posible gracias a una base tecnológica de la que ya hablamos en varias ocasiones, es decir, la base de datos distribuida llamada blockchain, en la que se pueden registrar directamente transacciones de todo tipo entre las partes, sin necesidad de intermediarios, en tiempo real, de forma segura y con total trazabilidad.
Las finanzas descentralizadas representan uno de los pilares del concepto Web 3.0, y en torno a este concepto gravitan otras tecnologías cuyo potencial se está estudiando en diversos campos interrelacionados: criptomonedas, contratos inteligentes y NFT, sobre todo.
Los temas de DeFi y su papel en la evolución de Internet son muy complejos, por eso hemos dedicado un post a la Web 3.0 y las finanzas descentralizadas, en el que profundizamos en sus principales aspectos y relaciones con el mundo de los pagos.
Aunque aún no está claro qué se entiende por Web 3.0, ya se especula con su versión 4.0. Las palabras clave de la cuarta etapa de la web serán probablemente Big Data y Realidad Aumentada, elementos que de hecho ya forman parte de la actualidad. Es plausible suponer que ambas tecnologías desempeñarán un papel cada vez más central en el futuro, disminuyendo aún más la distancia entre lo real y lo virtual que irán convergiendo en experiencias fluidas.
¿Qué les depara el futuro a los pagos en este escenario? Todavía es pronto para conjeturar. Sin embargo, la historia nos muestra que el sector financiero se adaptará a las innovaciones, integrándo nuevas formas de interacción que ya no serán solo de persona a persona y de persona a máquina, sino también de máquina a máquina. Las soluciones de pago sin fisuras se fusionarán en vías de compra que ya no serán solo omnicanal, sino “multiuniverso”, en las que las tiendas físicas y online tendrán nuevas declinaciones en función del contexto y el tipo de experiencia.
The Cluetrain Manifesto | Rick Levine, Christopher Locke, Doc Searls and David Weinberger, 1999
The Internet’s history has just begun | Our World in Data
Dal conto on line all'open banking: quelle intuizioni che cambiano la storia | Sella Insights